Divulgación literaria argentina N°6: «Cameron» de Hernán Ronsino

Hernán Ronsino toma con seriedad creativa la época más nefasta de la Argentina, la última dictadura militar, y no la utiliza como un mero artilugio para convencer a los lectores de que el texto que están leyendo es importante, sino que escribe algo nuevo a partir de nuestra sabida historia.

Cameron (2018), Hernán Rosino. Eterna Cadencia, 80 pág. 

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He leído varias obras argentinas recientes que ubican o conectan sus relatos con la dictadura militar del 76, y sospecho que, muchas veces, con intenciones de legitimar su escritura a partir de este trágico periodo histórico que suele ser utilizado por muchos escritores a modo de mito fundacional. Como si las complejidades y horrores de esa época fuesen suficientes para a priori sustentar buenos relatos o subsanar la falta de talento literario de autores que parecen no tener nada nuevo para decir.

Tal vez sea una acusación injusta, pero, hasta el momento, he leído más libros contemporáneos malos que buenos sobre la dictadura militar argentina. Pero como el objetivo final de este proyecto de divulgación literaria es recomendar lo bueno y no así ensañarme con lo malo, voy a escribir en esta nota sobre una de las excepciones en la temática: Cameron (Eterna Cadencia) de Hernán Ronsino.

Ronsino cuenta la historia de Cameron, un ex militar y torturador que cumple su pena de prisión de forma domiciliaria, y de Juan Silverio, el hijo de una de las víctimas de tortura de Cameron y que, junto a una cantante de jazz, Elda Cook, planea su meticulosa venganza.

El libro es corto y en su desarrollo intenta esconder la historia central para revelarla recién en las últimas líneas −algo que Ronsino maneja con buen pulso−, sin embargo esto no es lo que me pareció más interesante en la novela y por eso me tomo el atrevimiento de spoilearla. Lo más interesante es el ambiente onírico, o más bien pesadillesco (si se me permite el neologismo) que crea el autor con el ritmo de su escritura. Ronsino relata la vida de un genocida en una cuasi libertad, idea que −se nota− lo espanta y aterra; pero aun así logra sacar un buen libro y un buen personaje de ella: un villano de carne y hueso, un villano que no nos conmueve y con el que es imposible identificarse, pero que puede admirarse por su complejidad y su buena construcción. Cameron es un demonio que vive sus últimos días entre débil y vencido.

Comencé esta nota escribiendo sobre la novela de Hernán Ronsino y la termino preguntándome si no sería más justo considerarla, más bien, un cuento largo. Después de todo, este texto goza de varios elementos que distinguen a los buenos cuentos: una escritura circular, escasos personajes pero bien construidos, pocas páginas, el ambiente de la obra que puede ser definido con una sola palabra, en este caso: pesadilla.

Cuento o novela, esta obra de Ronsino toma con seriedad creativa la época más nefasta de la historia de nuestro país y no la utiliza como un mero artilugio para convencer a los lectores de que el texto que están leyendo es importante, sino que escribe algo nuevo a partir de nuestra sabida historia. Con un estilo hipnótico y lacónico Hernán Ronsino encuentra frescura y novedad en un tema oscuro y ya recontra repasado y repensado por el arte y la literatura como es la última dictadura cívico-militar argentina.

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